Todo empezó cuando los españoles invadieron el imperio de los incas, en el Perú, en 1532 y descubrieron una fastuosa acumulación de oro que incluía muchas y bellísimas obras de arte. En Cuzco, las paredes del templo del emperador estaban enchapadas en oro, e incluso las cañerías que conducían el agua
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Pedro
Investigador
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